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EL ALGARROBO: UN ÁRBOL MEDITERRÁNEO DE GRAN VALOR
El algarrobo (Ceratoniasiliqua) es un árbol perenne originario de la región mediterránea, conocido por su resistencia a la sequía y por sus frutos, las algarrobas. Este árbol ha sido cultivado desde la antigüedad por sus múltiples usos alimenticios, forrajeros e incluso industriales.
Características del Algarrobo
- Porte y hojas: Puede alcanzar hasta 10 metros de altura, con un tronco grueso y copa amplia. Sus hojas son compuestas, de color verde oscuro y brillante.
- Flores y frutos: Las flores son pequeñas y rojizas, agrupadas en racimos. El fruto es una vaina alargada (algarroba) que contiene una pulpa dulce y semillas duras.
- Resistencia: Es muy tolerante a la sequía y suelos pobres, gracias a su profundo sistema radicular.
Usos Tradicionales y Modernos
- Alimentación humana: Las algarrobas se han consumido como alimento en épocas de escasez. Hoy, su harina se usa como sustituto del cacao en repostería.
- Forraje para animales: Las vainas son un excelente alimento para el ganado, especialmente en zonas áridas.
- Industria alimentaria: Las semillas se utilizan para extraer la goma de garrofín (E-410), un espesante natural usado en helados y salsas.
- Medicina tradicional: Se ha empleado para tratar problemas digestivos y como fuente de fibra.
Historia y Cultura
El algarrobo ha sido fundamental en las culturas mediterráneas:
- En el Antiguo Egipto, sus frutos se usaban como endulzante.
- En la península ibérica, fue un recurso clave durante la posguerra española.
- En la medicina árabe medieval, se recomendaba para fortalecer el organismo.
Cultivo y Conservación
Aunque resistente, el algarrobo ha perdido terreno frente a otros cultivos más rentables. Sin embargo, su papel en la agricultura sostenible y la lucha contra la desertización lo convierten en un árbol de gran valor ecológico.